sábado, 12 de julio de 2008

3000 kg. de algodón.



Ayer estuvimos invitados a una cena informal en la casa de Alejandra y Daniel, papás de la mejor amiga de la escuela primaria de mi hija
(el secundario lo está cursando en otra escuela).


A pedido llevé mi guitarra y sobre el final (estuvimos de charla de sobremesa) canté tres (3) canciones:

Vida Continua / Nubes Pasajeras / Lazos de Amor.

Es la primera vez en los últimos 20 años que interpreto ante alguien una canción mía (salvo con mi cuñada Liliana). Es la primera vez que mi esposa escucha del principio al final una canción mía.
Fue una experiencia importante. Ellos quedaron sorprendidos por la calidad y contenido de las canciones y yo les reconocí que me costaba cantar (mas allá que despues de haber llevado durante 7 días una dieta muy, muy liviana, anoche comí pizza, empanadas, repetí helado y otros dos postres distintos, en alguna medida estaba presente el cansancio de toda la semana de labor).

La experiencia que viví es que al interpretar las canciones me parecían interminables, era como llevar en una carretilla 3000 kg de algodón, reconozco y coincido con Karina Jelinek, que hubiera sido peor llevar 3000 kg. de plomo, porque a mi me pone super contento cantar mis canciones, pero era como que me agotaba hacerlo. Quizás soy muy autocrítico.

Todo fue muy positivo porque mis amigos me alentaron a seguir adelante y mi esposa me elogiaba y decía "es que a él le sale el budista, el practicó meditación" y elogiaba el mensaje de mis canciones.

Ellos me dijeron que cantara en fiestas, bares, restaurantes donde sea. Yo manifesté francamente que no me veía en condiciones y que lo que pensaba era cantar en la vía pública para entrenarme y mientras la gente camina, quizás alguien se detenga y yo sin presiones, quizás comenzando medio ahogado, luego vaya mejorando. Decían que en sus inicios Arjona cantaba aquí en la calle Florida, Facundo Arana tocaba el saxo en el subte, igual que otros muchos artistas que comenzaron de esta forma para foguearse.

Lo que mas me alegró es que mi esposa sufría cuando yo cantaba,
como para que yo cantara mejor.
Yo todo el tiempo disfruté y me doy cuenta que estoy dando pasos para adelante y mi esposa que algo me conoce
se da cuenta que estoy decidido a todo, nada me frena.

4 comentarios:

Patricia dijo...

No habrá sido que estabas nervioso por exponer ante gente amiga tus letras, a veces eso pasa aunque uno crea que no.

Recuerdo que durante mi epoca de novia con mi esposo el simpere cargaba su guitarra y en la reuniones amenizaba un poco con canciones tipo balada, me imagino como se sentia tu esposa porque asi me sentia yo...hace mucho que no lo hace y la verdad extraño eso.

A. M. Vermon dijo...

Patricia:
Es verdad, para mi es una revolución exponer mis ideas porque yo no me manifiesto expresamente sino tengo necesidad. Además en este caso me tienen mas como contador que como poeta, creo que fue una sorpresa total. Esto no dejó de conmocionarme. Cantar sentado tambien en forma intima lo sentí como un limite. pero sin excusas, yo lo hice contento porque es derribar barreras.!!!!!!
Es lindo ver que te quieren, eso a mi me compra totalmente, no tengo antídoto a eso.
Gracias Patricia!!!!!!!!!!!!!!

Abril Lech dijo...

e alegra muchísimo! Por el valiente y su mujer, no menos valiente. Me alegra de corazón. No le afloje!

Susana Vera-Cruz dijo...

Pues aplausos querido Andrès por todo lo que viviste.
Ves que de a poquito salen las cosas si eres persistente??

Y eso de cantar en la calle, no es mala idea, asì te haces màs personalidad y si te subes a un escenario, ya serà tranqui.

Me alegro de corazòn, de todo lo bueno que has alcanzado con tu esfuerzo.

Sigue adenate amigo, tù puedes!!

Besos entre caracolas

Agualuna