El 23 de febrero de 1973 a las 14 horas partimos en un Ford Falcon Edgardo, Gustavo y yo desde Quequén Playa rumbo a Miramar. Todos éramos de Buenos Aires y veraneábamos en Quequén desde hacía un par de años. Gustavo tenía problemas por consumir drogas (yo no lo sabía) era un poco mas chico que yo y tocábamos la guitarra (de él aprendía) y Edgardo era un "hombre mayor" del grupo de nuestros padres, muy comprensivo y me escuchaba y compartía mis inquietudes espirituales, cosa que para mi era de gran valor. Íbamos a Miramar a ver a un amigo de Edgardo, yo desconocía los motivos y en camino nos cuenta que Don Francisco era un hombre con inquietudes espirituales, que era vegetariano y que al jubilarse vivía retirado en Miramar con su segunda esposa porque había quedado viudo. Era amigo de su familia y había incursionado en la Escuela Científico Basilio. El viaje había sido promovido por los padres de Gustavo para que él recibiera ayuda espiritual de Don Francisco. En camino Edgardo comenta que Don Francisco vivía de su magra jubilación y que tenía una huerta en el fondo de su casa y se alimentaba de la misma. Había trabajado en la Escuela Nacional Buenos Aires. Al llegar a Miramar cargamos combustible y pasamos por una panadería y Edgardo compra un pequeño budín para compartir, yo para mis adentros pensé, que pequeño mas si pasa necesidades económicas podría llevar algo que le sobre para los próximos días, pero Edgardo que es de mi mismo signo zodiacal, era caratulado como de costumbres mesuradas cuando tenía que incursionar en gastos. Eran alrededor de las 16 horas el día era nublado, algo ventoso con aire maritimo como corresponde a un lugar de playa marítima y nos recibe Don Francisco Sarno un hombre de setenta y pico de años, totalmente calvo de estatura baja, fornido, con un pantalon corto amplio le llegaba casi a las rodillas y el torso desnudo, algo de panza, con una cara y cabeza redonda que parecía una luna. (también era del mismo signo zodiacal de Edgardo, Gustavo era de piscis, así que estábamos entre signos de agua) La señora de Don Francisco era menudita y la recuerdo como delgadita con la piel toda arrugada y tras trasponer una habitación de entrada pasamos a la cocina y nos sentamos en una mesa que estaba contra la pared a la derecha y se sienta Don Francisco en la cabecera mirando a la calle, Edgardo en la cabecera de espaldas a la calle, Gustavo y yo en dirección a la pared de espalda a la cocina y mesada, Gustavo al lado de Don Francisco y yo al lado de Edgardo. Don Francisco tenía dos perros negros grandes y delgados de una raza similar a los galgos , que se ponían a su lado y manifestó que para él eran protección espiritual. También recordando viejos tiempos con Edgardo manifestó que se había retirado de la Escuela Científico Basilio porque había tenido diferencias y no estaba de acuerdo con algunas cosas. Ahora estaba solo en contacto con los "Maestros Espirituales " y que estaba preparando su próxima encarnación en la que iba a ser médico, que se dedicaba a profundizar sobre dieta vegetariana (a la esposa de Edgardo le había dado una dieta a seguir y ella había superado un problema de salud, se interesaba en ver como seguía). La esposa de Don Francisco recuerdo que simpatizó mucho conmigo y hacía comentarios elogiándome y Don Francisco la miró con gesto algo severo como diciéndole cerrá la boca.Entre tanto yo me encontraba en el fin de las vacaciones teniendo aprobadas excelentemente en la Facultad de Ciencias Económicas nueve (9) materias del ciclo básico, tenía mi papá, un tío Andrés hermano de mi papá y otro tío Andrés hermano de mi mamá, todos que trabajaban de contador sin ser recibidos y yo tenía el mandato desde la cuna de ser contador. Estaba conflictuado además no tenía una clara vocación salvo la música pero eso era algo que no me correspondía. El mes de febrero lo pasé leyendo unos libros de yoga del Yogui Ramacharaka (Ciencia Indú Yogui de la Respiración / 14 Lecciones de Filosofía Yogui), otro que se llamaba "Aproveche su Fuerza Oculta" de Alpherat y otro libro esotérico que me había prestado Gustavo (era propagandístico de una secta, en ese momento no lo sabía distinguir claramente), tenía un profundo conflicto en el que había decidido que iba a abandonar la carrera de contador que me había sido impuesta y además estaba en un estado de debilidad espiritual, me sentía mal. Yo era un chico muy sanito de corazón, cercano a la inocencia y la ignorancia de lo que era el mundo real, las lecturas orientalistas me afirmaban en un ideal vegetariano y de no dañar el organismo, ese fué un antídoto que me preservó de no incursionar en drogas. La música era como una religión para mi, me gustaban Los Beatles (era profundo conocedor de sus canciones) y de la música de rock nacional Almendra, Litto Nebbia, Spinetta y en especial "Arco Iris" con todo el mensaje místico que ellos transmitían. Recuerdo que habíamos ido a ver un show de Arco Iris al anfiteatro del Parque Lillo en Necochea y Gustavo Santaolalla al finalizar el concierto arroja la púa de su guitarra al público y oh sorpresa, se eleva a lo alto del cielo y vuela por el aire metros y metros y cae en mis manos, yo me sentí profundamente feliz, fue un show mágico en el que comenzó con sol y finalizó ya de noche. En mi mente estaba toda la filosofía hippie de vivir un mundo mas fraterno, mas justo y me sentía molesto y fuera del mundo de los mayores. Estaba profundamente solo, no tenía ni comprensión ni apoyo de nadie. Yo vivía una encrucijada y conflicto existencial y mi alma deseaba un despertar, pero me hallaba en una profunda soledad y con la censura y condena de mis padres. Siempre me dijeron no leas esas cosas vas a terminar loco como el tío Antonio. La familia de mi madre eran católicos típicos y los tíos de mi mamá Antonio y Eduardo se habían hecho espiritistas. Hasta 1960 en la argentina el dominio de la iglesia catolica sobre sus fieles era total, yo recuerdo que a mi abuelo el cura párroco de Bernal, Di Modugno le decía que podía leer y que no debía leer, le hizo tirar libros que eran simplemente literatura. No existían otras iglesias con peso y la escuela Científico Basilio era una salida alternativa para quienes tenían una fe y un sentimiento en el mundo de los espíritus. Creo que el verdadero sentido de los fundadores quizás se halla desdibujado, yo nunca concurrí a ella (y menos con el tabú que existía en mi casa) pero desde aquí mi homenaje y tributo a León Denis y Allan Kardek, si he leído algunos de sus escritos (Para apreciar su hermosa obra debemos ver los límites y circunstancias que existían cuando ellos la desarrollaron).
Continua en: Don Francisco (Mi Mensaje).
