domingo, 4 de agosto de 2013

Despierta, despierta.



Una nueva canción: "despierta, despierta". La compuse hoy de las 6:00 am a las 8:00, parece que los domingos salto de la cama inspirado.
La canción en cuanto a música es muy sencilla, pero creo que en la sencillez radica una belleza trascendente.
En cuanto a la letra hay dos palabras capitales: 1) despierta. 2) gracias.
Salió tipo sermón de la montaña eso que no lo leo como hace 15 años.
En realidad creo que si despertamos al profundo sentido de la vida el dar gracias es una consecuencia implícita de nuestro estado consciente del propio despertar.
Nuestra mente racional es como un científico que cuando estamos en la orilla del mar dispuestos a bañarnos no detiene en la orilla y nos explica la composición química del agua del mar, las propiedades curativas, los seres vivos que viven en el ámbito marino y etc. etc. pero pasan las horas y no nos mojamos ni la planta del pie. La televisión y las pantallas virtuales nos sumergen en un mundo imaginario que alimentamos y cocreamos y  apartan nuestra conciencia de la verdadera riqueza, armonía, abundancia, paz y amor que es la vida. La educación es un bombardeo para alejarnos de nuestro verdadero ser y una adaptación a la inmoralidad, falsedad, crueldad e ignorancia de la vida cotidiana que nos obligan a vivir. La familia y sociedad es un despotismo de valores que inculca y sostiene que la felicidad y el camino a transitar esta en el logro del éxito económico y el consumo sin mesura ni medida. Las religiones alejan al ser humano del verdadero conocimiento de su propio ser y en vez de hacerlo testigo consciente de la creación lo convierten en mendigo, donde siempre está presente el dolor y el castigo por no acatar los dogmas y preceptos impuestos. La alimentación, la medicina y el alejamiento del contacto con la madre tierra y la naturaleza, mas una cultura de lo virtual como real, hacen que el ser humano sea un enajenado y viva alucinado de un mundo irreal. El respeto a la naturaleza, al propio cuerpo material, a la vida que compartimos es escaso o casi nulo. Esto ocasiona consecuencias lógicas, las leyes, la justicia, los gobernantes, los sistemas económicos, las empresas y el curso de los acontecimientos conllevan un sentido de destrucción predecible.
Debemos agradecer que toda la verdad que se nos quiere imponer sea cada vez más grotesca. Es para que despertemos y amemos la verdad, la honestidad, la paz y el amor. Agradezco la corrupción de nuestros gobernantes, la falsedad de nuestros religiosos, la estupidez de nuestros científicos, la crueldad de nuestros médicos, la hipocresía creciente de nuestros jueces y maestros, porque todo sucede para que despertemos y dejemos ser cómplices de un sistema destructivo. Solo se necesita tener un grado de conciencia y de verdad. Dejar de lado los valores que nos tratan de imponer para que actuemos inmoralmente por conveniencia o por temor. Este es un plano dual, pero creo que ya es hora de trascender la rivalidad y el conflicto, la pelea, la lucha, el fanatismo, los chauvinismos estériles y tener una mayor apertura de conciencia a la vida eterna, infinita y real.

No hay comentarios: